LECTURA 5: "Modernus-interruptus - las otras “ideas” del desarrollo"
La comunicación y el desarrollo han despertado infinidad de discusiones en torno a la capacidad que tiene la comunicación para incidir en los procesos de desarrollo de los pueblos.
La modernidad juega un papel importante en este proceso de desarrollo, tal y como sucedió con los estadounidenses quienes disfrutaban de la modernidad, del confort y la comodidad de la sobreproducción de bienes y servicios. “El producto de los países avanzados aumentó al 5% anual y el ingreso per cápita al 3.5%. Al mismo tiempo, la avalancha de innovaciones en la microelectrónica, el dominio del átomo, la biología y el espacio exterior ampliaron las fronteras para procesar y trasmitir información”.
Y todo esto fue gracias al fin de la segunda guerra mundial y el triunfo de los aliados a la cabeza de los Estados Unidos ya que fue el inició de la “bonanza económica” y la incorporación de un nuevo orden económico bajo la tuición de los “ganadores”, originando grandes desarrollos en esta nación.
Es por ello que los diversos modelos de desarrollo exitosos o fallidos han sido parte de los procesos de construcción del llamado desarrollo de los pueblos y por lo tanto significaron el inicio del encuentro con la “modernidad”.
Entonces se podría decir que desarrollo era como “un proceso de extensión de modernas técnicas, capacidades y organización social, irradiado desde las sociedades industrializadas hacia los centros urbanos en los países periféricos y de estas áreas a las atrasadas zonas rurales”.
El paradigma refleja claramente la mirada funcional, evolutiva y teleológica-comparativa del desarrollo en función de logros materiales, técnicos e industriales y semejantes en términos de cultura, entre quienes más se aferraban a la “barbarie” y quienes más se acercaban a la “civilización”, que en definitiva era el requisito para salir del subdesarrollo y optar por la modernidad.
Everett Rogers, otro de los más destacados propulsores de la teoría de las innovaciones, señala que la “modernización es el proceso por el cual los individuos modifican un estilo de vivir, aumentando su complejidad e inclinándose por los adelantos de la tecnología y los cambios rápidos, en tanto que desarrollo(1) se entiende como un tipo de cambio social en el que se introduce nuevas ideas en el sistema, con el fin de producir elevaciones en los ingresos per cápita y mejores niveles de vida, por medios de producción más modernos y mejoras en la organización social”.
Por otro lado, dentro del ámbito comunicacional, el investigador estadunidense Wilbur Schramm, uno de los autores más entusiastas en la incorporación de los medios de comunicación para el desarrollo, propone seis condiciones necesarias para integrar el proceso comunicativo al desarrollo: el primero que las comunicaciones deben utilizarse para contribuir al sentido de nacionalidad, deben usarse como portavoz del planteamiento nacional y para transmitir los conocimientos necesarios, las comunicaciones deben usarse para expandir el mercado efectivo (2)
Otra condición es que a medida que se desarrolla el plan, las comunicaciones deben contribuir a preparar a la gente para el nuevo papel que le tocará cumplir y por ultimo las comunicaciones deben usarse para preparar a la gente a desempeñar su papel como nación entre otras naciones.
Sabemos que la comunicación y los medios deben servir para incorporar modelos de sociedad funcionales al sistema dominante, como aparatos extensionistas con poderes y capacidades ilimitadas de generar efectos directos en las personas, preparando y capacitando a las mismas para enfrentar la nueva sociedad y el encuentro con el desarrollo.
Al respecto Wilbur Schramm sostiene que el uso de la comunicación es indispensable para consolidar los procesos de desarrollo, afirmando que “la comunicación moderna debía ponerse al servicio del desarrollo de los países atrasados y que el creciente flujo de información sería un elemento importante para configurar un sentimiento nacionalista a favor del desarrollo”.
Por lo tanto, con la anexión de los “modernos” medios de comunicación se hacía posible reducir las brechas económicas a través de la incorporación de los procesos de información y difusión tecnológica.
La comunicación (en este caso, en la forma de difusión de innovaciones) es una fuerza tan poderosa y autónoma. El desarrollo consiste esencialmente en generar más y mejores productos de manera que ‘todo el mundo’ pueda disponer de ellos. Y la tecnología es de por sí tan buena que sólo necesita comunicarse a otras personas a fin de generar desarrollo.
Cuando se habla del planteamiento de una democratización de la comunicación, debemos tener en cuenta que a través de este proceso se elimina las desigualdades y desequilibrios en materia informativa y comunicacional. Es importante rescatar lo que propone NOMIC (Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación):
· Los países industrializados controlan el flujo de la comunicación internacional a través de sus agencias informativas, discográficas, de exhibición de películas (gran mayoría de Hollywood), control de los satélites, programas de televisión etc.
· Se presenta un desnivel, un desequilibrio entre los países desarrollados y los no desarrollados.
· Existe una sobredimensión de los mensajes provenientes del norte (EEUU).
· Presentan noticias negativas de los países subdesarrollados, con imágenes de atraso, ignorancia, flojera, sociedades conflictivas y de inestabilidad, etc.
Se habla de una política nacional de comunicación y esta es un conjunto integrado, explícito y duradero de políticas parciales de comunicación armonizadas en un cuerpo coherente de principios y normas dirigidas a guiar la conducta de las instituciones especializadas en el manejo del proceso general de comunicación en un país.
Si nos hacemos la pregunta ¿Cómo podemos entender al desarrollo?
Alfonso Dubois (2007) señala que el concepto de “desarrollo” no tiene una definición única y cerrada, sino que ha sido objeto continuo de debate, con aproximaciones diferentes y, en muchos casos, divergentes. Por un lado, se trata de un concepto histórico y, por lo tanto, hay que tener en cuenta la influencia que sobre él ejercen el pensamiento y los valores dominantes en cada época. Y, en segundo lugar, el término desarrollo funciona como una categoría de futuro, en el sentido de que sobre él se proyectan los deseos y aspiraciones hacia los que se quiere orientar un determinado orden social. (3)
Ya no se trata de seguir las teorías y los discursos que trataron de explicar el mundo desde posiciones políticas e ideológicas, sino de entender las nuevas y creativas formas de habitar lo moderno con la capacidad de comprender los tiempos histórico-culturales desde donde se hacen, deshacen y se rehacen las culturas y lo cultural. Entonces podemos hablar de los desarrollos en plural y no del desarrollo en singular. No existe un desarrollo afín a un modo de pensar global sin considerar tiempos distintos, espacios diferenciados e identidades dispersas entrelazados por los procesos de sobre modernidad global y arcano modernidad-local que permiten un tránsito ambiguo de tiempos, unas veces condensados, otras veces acelerados. Enfrentar el desarrollo sin considerar los simbolismos, las prácticas culturales y las diásporas del ciudadano en su vida cotidiana es no comprender los procesos de construcción y producción simbólica y de sentido de los actores de desarrollo: los ciudadanos.
En conclusión: El campo de la Comunicación para el Desarrollo, en su proceso de redefinición insiste, a partir de la década de los noventa del pasado siglo XX, en la importancia de la participación en los procesos sociales y comunicativos para que el desarrollo sea verdaderamente transformador. “Se trata entonces de comprender la comunicación ya no para el desarrollo sino la acción comunicativa de desarrollo”.
La capacidad comunicativa es la fuente suprema que posibilita accionar y construir comunicación de desarrollo participativa “dialógica” lo que da una gran posibilidad de construir comunicación y desarrollo desde las prácticas.
Esta posibilidad comunicativa permite dar cuenta de las múltiples y variadas formas comunicativas que se presentan para articularlas al desarrollo: primero comprender estas prácticas comunicativas y estos procesos de construcción de identidades para entender y enfrentar los procesos de desarrollo, el uso racional de las nuevas tecnologías es determinante en los países en desarrollo. Se deben desarrollar conceptos y usos primordiales de las Tic's en función al desarrollo. La comunicación no puede estar al margen del proyecto de desarrollo sino más bien debe traducirse como un espacio permanente de democratización. Se debe aprovechar al máximo los recursos técnicos, financieros y humanos para participar activamente de la promesas del mundo informatizado. Se debe propiciar un dialogo intercultural donde las múltiples identidades y los saberes propios contribuyan a un desarrollo democrático con igualdad de condiciones.
AUDIO:
Oscar Terrones- Docente en comunicación para el desarrollo y comunicación
internacionales de la escuela de Humanidades
de la USAT
Testimonio de proyectos de comunicación para el desarrollo sostenible: Coordinador General de "SUMATE"- Proyecto de voluntariado que busca fomentar el desarrollo y participación en los niños, padres y docentes
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